miércoles, 9 de marzo de 2016

Desde que no somos nada



Desde que no somos nada,
enciendo el pitillo y se me apaga
como se apagan tus miradas
y se distancian las palabras.


Desde que no somos nada,

el viento se lleva nuestras madrugadas
se me evapora el alma
se vacían las gradas.


ya no me hablan tus pupilas,

desde que no somos nada,
solo me habla la luna al alba,
antes de esconder su doble cara.


Desde que fuimos polvo y latidos de más

desde la rutina que nos abstrae,
logro ver tu cara,
ensimismada en esa pantalla.


Escribo poesía a altas horas,

a desgana sin tu piel,
sin tus minutos que son eternidad.


El vaso a tope, nada de a medias tintas,

con el hielo y la ginebra
voy volando a tu ventana cada noche,
no cabe entre tú y yo ningún reproche.


Deshazte en las canciones que te hacen ver la realidad,

túmbate en mis párpados,
desgárrame las ganas
quédate a vivir en mis entrañas


que yo tengo para rato,

con este corazón insensato,
me la juego a todo o nada
cuando te veo en el humo de cada calada



















me tienes calada hasta la médula y lo sabes.


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