domingo, 31 de mayo de 2020

la ciudad muerta

El mundo desmoronándose, 
la sangre inunda las calles, 
estamos lejos del resto, 
lejos y encerrados, 
tú tocas mi cielo 
con la punta de los dedos. 
No llueve afuera, 
tampoco importa. 
La contaminación inunda 
los pulmones de la ciudad 
y sólo el agua 
puede resucitarla, 
las líneas de lo eterno 
desdibujan el tiempo 
de los relojes en tu pelo. 
Y cae la noche 
y termina ésta con el día 
amaneciendo desde tus costillas. 
Infinita forma de tu cuerpo, 
me retiene 
y me abstrae de lo lógico. 
Y lo lógico 
ahora es quererte, 
perderme 
en el intenso verde
Que me mira desde 
el otro lado de la almohada.

No hagas nada por nadie si no es por ti, no te mientas, no te engañes, así sólo has de sufrir. Cáete, cómete de bocas la piedra en vez de tener miedo a pasar delante de ella. No reserves tu tranquilidad, no hagas de tu ego un estigma. Revienta las salidas de emergencia sin emergencia alguna. 

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